Manejo de Malezas

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Las malezas, al competir con el cultivo, lo despojan de agua y nutrientes, lo que repercute directamente en su productividad y eso se traduce en menor rentabilidad por ende A mayor infestación de malezas, la producción se reduce.

Dentro de las herramientas a utilizar para el control de malezas en el cultivo de maíz se destacan dos etapas principales: desecación y preemergencia.

Hoy en día se registran dos malezas resistentes como la buva y el amargoso, que únicamente pueden ser controladas antes de que germinen.

Existe una tendencia a controlar malezas en post-emergencia. Esa situación es riesgosa porque se está tratando de controlar la maleza que ya compitió con el cultivo; es decir, ya consumió agua, nutrientes y ya luchó por la luz solar. La maleza no emerge de la tierra de una forma uniforme; por lo tanto, si el manejo consiste en esperar un cierto umbral, como aparición de ciertos manchones para realizar la aplicación, al tener malezas resistentes, el control es en post-floración; es decir, esa mala hierba alcanzó a semillar, entonces, automáticamente, ese mismo manejo cultural hace que la maleza prevalezca mucho más en el cultivo.

Los herbicidas causan un proceso de intoxicación en las malezas, pero costará mucho más eliminar una hierba no deseada de 1,5 metros, que una de menor tamaño. Una manera eficaz de control es realizando un manejo adecuado en pre-emergencia.